El etiquetado ecológico es un tipo de distintivo que permite identificar claramente productos o servicios que cumplen con una serie de criterios para diferenciarlos de otros menos sostenibles o de mayor impacto en el medioambiente.
Los productos con esta etiqueta son más saludables para nuestra salud y para la de nuestro planeta, pero ¿cómo diferenciarlos del resto? Ese es el papel que juegan las etiquetas ecológicas. Veamos qué son y para qué sirven.
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🍃¿Qué es el etiquetado ecológico?
Un etiquetado ecológico es un sistema establecido en el que se fijan una serie de criterios medioambientales que un producto deberá cumplir para poder portar ese distintivo, de forma que el consumidor sepa identificar fácil y rápidamente aquellos productos que cumplan con dichos criterios y, al mismo tiempo, que tenga la garantía de un tercero imparcial de que esos criterios se están cumpliendo.
Precisamente el etiquetado ecológico ha venido en los últimos años a regular el mercado para evitar que los fabricantes y distribuidores utilicen afirmaciones, eslóganes o símbolos que puedan confundir al consumidor y que no estén respaldados por criterios objetivos creíbles. Hay que subrayar que la mayoría de las etiquetas ecológicas son voluntarias y se conceden previa solicitud.
La normativa internacional ISO 14021, 14024 y 14025 distingue tres tipo de etiquetado: el de tipo I, que son las ecoetiquetas propiamente dichas y certifican todo el ciclo de vida del producto; las de tipo II, que son autodeclaraciones ambientales del fabricante que se centran en una etapa o un aspecto del producto (por ejemplo, si es reciclado); y las de tipo III, que ofrecen información sobre el impacto ambiental (de forma similar al listado de ingredientes).
🌱 El etiquetado ecológico europeo
La Etiqueta Ecológica Europea (EEE), creada por la Unión Europea en 1992, sería un ejemplo de un etiquetado ISO de tipo I. Garantiza a los consumidores que el producto cumple con una serie de criterios ecológicos estrictos verificados por terceros y reconocidos por todos los países de la UE, que abarcan todo el ciclo de vida del producto: desde el cultivo o extracción de la materia prima, hasta el envasado, la distribución y su posterior eliminación o reciclaje.
Otro ejemplo es el sello de agricultura ecológica europea (formado por una hoja dibujada con estrellas sobre un fondo verde) que otorgan los comités de agricultura ecológica de cada país y que garantiza al menos un 95 % de ingredientes ecológicos. Además cada país -incluyendo España- e incluso cada región, Estado o autonomía otorga su propio sello.
A pesar de esta variedad en sellos, los criterios son los mismos para toda la UE, ya que en 2017 el Parlamento Europeo aprobó una política común de agricultura ecológica. Es decir, que si compramos unas conservas ecológicas y éstas tienen el sello de la “hoja verde” de agricultura ecológica europea, podemos tener la garantía de que cumplen los mismos criterios ya vengan de España, de Finlandia o de Luxemburgo.
🥑 Otras etiquetas ambientales
No todas las etiquetas ecológicas son concedidas por instituciones oficiales o de tipo gubernamental, ni tienen por qué cubrir todo el ciclo de vida del producto, o garantizar que el mismo cumple otros criterios más allá de aquellos en los que se centre la certificación en cuestión.
Por ejemplo un sello otorgado por una ONG puede certificar que un producto está hecho con material reciclado, pero sin garantizar otros criterios de sostenibilidad ambiental -por ejemplo que no se hayan emitido sustancias contaminantes- o de derechos humanos, como un sistema de comercio justo o el rechazo a la mano de obra infantil.
Algunas de estos etiquetados independientes son tan conocidas como el sello FSC, concedido por el Forest Stewardship Council, y que garantiza que los bosques de origen de la madera con que está hecho el producto son gestionados de manera sostenible.
✔️ Cinco ventajas del etiquetado ecológico
Como hemos visto, la confianza en el etiquetado ecológico está garantizada por la unicidad de criterios a nivel europeo, por lo que cuando un consumidor adquiere un producto con un sello ecológico sabe que hay una institución detrás que lo avala siguiendo unas pautas que son las mismas para toda Europa. Pero además, el ecoetiquetado tiene otra serie de importantes beneficios:
✳️ Mayor eficiencia
El etiquetado ecológico suele ser más eficiente y tener un menor coste para regular el mercado que los controles de las autoridades, ya que tanto clientes como fabricantes están interesados en que se respeten los criterios para diferenciar los productos del resto, y son ellos mismos los que contribuyen a su mantenimiento con una intervención y coste para el Estado mínimos.
✳️ Influencia directa en el mercado
El etiquetado permite a los clientes interesados en adquirir productos ecológicos poder identificarlos fácilmente, por lo que aumenta su consumo y su demanda en el mercado beneficiando tanto a los consumidores que los demandan como a los fabricantes y distribuidores que los ofertan.
✳️ Incentiva la oferta de productos más sostenibles
Al crear un mercado de oferta y demanda de productos ecológicos sólido, establecido y diferenciado del resto, el ecotiquetado obliga a los demás fabricantes a tratar de captar a esos clientes con productos cada vez más sostenibles y respetuosos con el medioambiente.
✳️ Mejora el medioambiente
Un mercado diferenciado de productos ecológicos promueve la sostenibilidad de la economía y las cadenas de producción, y permite a los compradores tener una influencia directa sobre lo que consumen, estableciendo cambios y mejoras que influyen directamente en el impacto medioambiental.
✳️ Promueve la certificación ecológica
Al etiquetar un producto ecológico en base a unos criterios éste destaca más fácilmente en las tiendas, incentivando el consumo entre clientes que hasta ahora no se habían interesado por productos más sostenibles y naturales, y animando a otras empresas a obtener la certificación.
En definitiva, el etiquetado ecológico supone un beneficio para consumidores, para fabricantes y para el planeta, ya que establece criterios claros sobre qué productos son más respetuosos con el medioambiente y cómo identificarlos. Fijarnos bien en el etiquetado de un producto y en que esté avalado con un sello correcto, nos dará la confianza de comprar con todas las garantías y sabiendo que estamos echando una mano a la Tierra.