La huella ecológica es un concepto con más de 20 años de antigüedad. Sin embargo, hoy día se escucha con más fuerza, al evidenciar el efecto de la cotidianidad humana en el medio ambiente y la disponibilidad de los recursos naturales.
Aunque muchos la consideran un indicador poco práctico de calcular, ayuda a generar estimaciones sobre la sostenibilidad del modo de vida urbano. Las implicaciones que tiene sobre los recursos y la mejor manera de retribuir el consumo biológico generado.
Más allá de un número, hace referencia a un tema de conciencia global. Para el establecimiento de políticas, normativas ambientales y patrones de comportamiento ciudadano, en procura de la salvaguarda del planeta.
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👣 ¿Qué es la huella ecológica?
Proviene de la traducción del término ecological footprint, el cual fue acuñado por Rees y Wackernage desde el año 1996 para referirse a un indicador en el que se evalúa el consumo de los recursos y la producción de desechos en relación a un área ecológicamente productiva.
Ofrece un estimado del consumo demandado a la naturaleza para sostener los recursos energéticos y el gasto ambiental generado por la actividad humana. En pocas palabras, la huella ecológica permite saber cuánto le cuesta al planeta generar los recursos para que una persona pueda gozar de electricidad, agua, transporte, comida y procesamiento de desperdicios; en el plazo de un año.
A diferencia de otros indicadores, no está directamente relacionado con la ubicación geográfica de la persona. Ya que se enfoca en la sustentabilidad de la actividad habitual en concordancia con las acciones necesarias para disminuir su impacto.
Algunos definen la huella ecológica como la demanda de los recursos naturales por parte de la humanidad y la relacionan directamente con la biocapacidad del planeta. Es decir, el área de terreno fértil expresado en hectáreas; que se requiere para satisfacer la demanda de una persona durante un año.
Mientras que el índice de biocapacidad indica la capacidad máxima por humano que soporta el planeta, la huella ecológica marca el consumo de recursos. Por lo tanto, si la huella ecológica es mayor que la biocapacidad; tal como ocurre ahora, estaríamos en una situación delicada, y que pronostica la extinción de los recursos o la disminución inminente de la calidad de los mismos.
👣 ¿Cómo se calcula?
Debido a la gran cantidad de variables involucradas, el cálculo de la huella ecológica es una operación realmente compleja de hacer; y mucho más complicada de explicar. Ya que, puede tomarse como referencia la biocapacidad del planeta según las áreas de producción de biomasa; es decir el espacio realmente aprovechable.
El planteamiento básico de Rees y Wackernagel considera seis áreas fundamentales para el cálculo de la huella ecológica. Estas incluyen las tierras de pastoreo, producción de energía fósil, tierras cultivables, áreas forestales, espacios construibles y superficie marina con productividad pesquera.
El cálculo de esta huella ecológica, se implementó a través de las investigaciones desarrolladas por Simmons y Chambers (1998) para diseñar un algoritmo que puede determinar la relación entre el uso de recursos y el área de tierras usables requeridas.
Para fines prácticos, los nuevos planteamientos en torno a la huella ecológica la resumen en torno a actividades cotidianas. Estas contemplan el efecto del uso de recursos relacionados a la energía, agua, transporte y generación de desechos. Las cuales, además de ser conocidas, medibles y controlables; pueden ser escaladas a nivel global o bien a nivel residencial o incluso personal.
👣 ¿Cuál es su importancia?
Conocer el significado y las consecuencias de la huella ecológica es la base fundamental para las acciones de sensibilización en torno al deterioro ambiental; tanto como individuos, comunidades y conglomerados geográficos.
Ofrece información sustancial para la toma de decisiones. Algunas relacionadas con estilos de vida, modos de consumo o medios de producción. Y para el establecimiento de regulaciones en actividades para la producción de combustibles fósiles, energía nuclear, agricultura (por ejemplo en el consumo de verduras y hortalizas ecológicas), ganadería, pesca, construcción de edificaciones; y la obtención de recursos como papel, madera, pulpa y otros.
Aunque, en muchas ocasiones se pasan por alto los índices de contaminación del suelo, las fuentes de agua y el aire para el cálculo de la huella ecológica. No deja de ser importante la información de referencia que se obtiene al vincular el daño significativo provocado por algunas actividades.
Un claro ejemplo es la relación existente entre los esfuerzos por eliminar los combustibles fósiles y que esta actividad se encuentre en el primer lugar entre las actividades que más repercuten sobre la huella ecológica. Así como las tendencias hacia una agricultura sostenible, ya que como actividad generadora de huella ecológica se encuentra en el segundo peldaño.
Por último, la huella ecológica ofrece estimaciones sobre la responsabilidad individual, familiar y colectiva en el consumo de los recursos. Y como conocimiento fundamental, es el primer paso para generar acciones que ayuden a disminuir o revertir tal situación.
Según el último informe de la Global Footprint Network, con datos de 2012, la demanda actual a escala global de nuestras actividades es de 2,7 hectáreas (ha) por persona.
👣 ¿Cómo reducirla?
En vista de que la huella ecológica se genera principalmente con el consumo de los recursos energéticos, naturales; además de la emisión de basura y otros contaminantes, las acciones para ayudar a reducirla se resumen en:
- Disminuir el uso de combustibles fósiles: esto no solamente involucra el hecho de usar automóviles eléctricos y reducir el uso de vehículos con combustibles. Sino también con el uso de transporte comunitario aprovechando el traslado de más personas por viaje. Y consumo de productos locales, a fin de evitar la transportación e importación de mercancía.
- Evita el desperdicio y la contaminación de fuentes de agua: regula tus patrones de consumo en actividades cotidianas de aseo personal, lavado de ropa, limpieza, regado de plantas; aprovechando incluso las aguas residuales y aguas de lluvia. Además de evitar verter productos químicos insolubles que puedan contaminar las fuentes de agua.
- Restringe el uso de la electricidad: tomando precauciones para mantener desconectados los equipos que no estén en uso, ajustar los controles de calefacción y aire acondicionado; optimiza el uso de lavadoras y cocinas eléctricas ; así como preferir actividades de esparcimiento al aire libre en las cuales no se emplee electricidad.
- Aplica técnicas de reciclaje y reutilización de materiales: productos como el cartón, el vidrio y el plástico son sensibles de ser reciclados. O también, puedes optar por darles una segunda vida útil al emplearlos como materiales en otras actividades.
- Evita los productos desechables y envases de plástico: pajitas, cubiertos, bolsas, vasos y empaques de plástico suelen terminar como desechos; los cuales además son muy difíciles de degradar por el suelo. Por lo tanto, comienza a utilizar bolsas de compras, cubiertos plegables o vasos portátiles que puedas utilizar en vez de los habituales desechables.
- Consume productos ecológicos: además de apoyar los medios de producción sostenibles, disminuye el impacto colateral de tu consumo. Prefiere además los productos vegetales de temporada y disminuye el consumo de carnes; ya que esta última requiere de mucho más recursos para su producción.
- Prefiere productos duraderos: esto aplica para casi todos los productos como muebles, artefactos electrónicos e incluso ropa y calzados. La huella ecológica de su producción debe al menos garantizar su durabilidad, de lo contrario estarás contribuyendo a generar más basura en corto tiempo.
- Planta árboles: la deforestación de grandes áreas es uno de los problemas que más contribuye con la huella ecológica. Plantar árboles y preservar la naturaleza es una de las mejores opciones en contra de este problema.
👣 Impacto de algunas actividades para el planeta
Aunque pudiera parecer una labor interminable, considerando el alto impacto de muchas de las actividades realizadas por la humanidad. Los aportes que individualmente se hacen en función de disminuir la huella ecológica van en beneficio de todos.
Los efectos conocidos de la huella ecológica y las tendencias a futuro pueden ser desalentadores. Sin embargo, siguen siendo proyecciones y son sensibles a modificaciones. Quedando en manos de las personas llevar a cabo las acciones para mejorar, detener y revertir la situación.
El uso consciente de los recursos como electricidad, agua, gas; así como la disminución de los desechos inorgánicos, las emanaciones de humo y las prácticas que atenten contra la salud ambiental; deben ser considerados como parte fundamental de la educación en todos los niveles.
El objetivo final, es conseguir que nuestro paso por el planeta sea sostenible, y que no genere una carga más grande de lo que este pueda tolerar. En principio, entendiendo el significado de la huella ecológica y conociendo las acciones necesarias para disminuirla.